domingo, 10 de febrero de 2013

200 años de Wagner




Retrato de Wagner por Pierre A. Renoir, 1882




"Realmente no sé a qué se me había destinado, sólo recuerdo que una tarde oí ejecutar una sinfonía de Beethoven, que a continuación me dio fiebre, enfermé, y que cuando recobré la salud ya era músico." 

(Fragmento de carta de R. Wagner a Wilhelmine Schröder) 




Pensé varios días antes de escribir esta entrada. Me planteaba una y otra vez cómo aproximarme a un personaje sobre el que se han escrito libros y sobre el que existen innumerables estudios. Hablar de Wilhem Richard Wagner son palabras mayores. 

¿Cómo le hablaría yo a alguien que nunca ha escuchado de Wagner?

Compositor, director de orquesta, ensayista, dramaturgo y teórico musical, es un referente obligado a toda una corriente de las artes denominada Romanticismo. La influencia de Wagner rebasa la esfera de lo musical: este hombre marcó toda una época. 

Conocido por sus óperas (mismas que él denominaba "dramas musicales") Richard Wagner revolucionó la manera en que se componía y ejecutaba la música de concierto. Fue el primer compositor en considerar su obra un universo autónomo, en el que sus personajes tenían vida  propia; integrando en las misma elementos de la mitología griega, germana y nórdica, Richard Wagner tomó inspiración de pensadores como Arthur Schopenhauer y Jakob Grimm. 

Mantuvo una estrecha relación con otra figura importantísima en la historia del pensamiento, Friedrich Nietzsche, quien se refería a Wagner como "la persona más afable e ingeniosa que conocía".

No es posible entender la obra de Wagner sin repasar la influencia que Nietzsche tuvo sobre él, y viceversa. Su relación, llena de altibajos, estuvo basada sobre todo en la mutua admiración.

En 2013 se conmemora el Bicentenario de su nacimiento (Leipzig 1813- Venecia 1883) y por este motivo se escuchan sus obras en salas de conciertos de todo el mundo, sin ser la excepción nuestra Ciudad de México. 

Wagner está más vivo que nunca. 

Mi intención al escribir esto es invitar a acercarse a conocer su obra. Es buen momento para acudir a los conciertos y dejarse subyugar por su música, que no envejece, sino todo lo contrario. 

Despido esta entrada con una obra que me gusta muchísimo, de las pocas piezas que compuso de manera independiente a sus óperas. 








http://www.bellasartes.gob.mx/index.php/musica-y-opera.html


3 comentarios:

  1. Siempre hay algo bueno que decir sobre el extraordinario Wagner. Hablando de él, los incesantes halagos nunca sobrarán. En algún lugar leí que lo ubicaban entre las más grandes figuras de la historia de la humanidad. Para mí, sin duda, está en ese top. Sus obras son majestuosas, cuando menos. Además, para que otra de las mentes más exquisitas (ajá, Nietzsche) hable así de él… vaya, sobran las palabras. Y coincido en que en esa admiración mutua están las claves para entender bidireccionalmente las obras de estos genios. Celebro tu post.
    PD. ¿Cuándo uno sobre Nietzsche? Le caería bien a tu blog. ¡Saludos!

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  2. Me confieso una gran admiradora de Wagner. Es difícil escoger las palabras para describir el estremecimiento y la emoción que me llena cada vez que escucho su música. Me alegra mucho te haya gustado el post (y que compartas el gusto por Wagner)

    Algo sobre el bigotón. Me gusta la idea. ¡Gracias por la sugerencia! Saludos :D

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  3. El próximo sábado en la Sala de conciertos del Centro Cultural Ollin Yoliztli estará muy wagneriano como usted denomina.

    Adhiero información patrocinada por la amada y ponderada Wikipedia.


    Tristán e Isolda (Tristan und Isolde)

    Wilhelm Richard Wagner

    Es una ópera en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner, basado en gran medida en el romance de Godofredo de Estrasburgo. Fue compuesta entre 1857 y 1859 y se estrenó en Múnich el 10 de junio de 1865, bajo la batuta de Hans von Bülow. Wagner no la llamaba ópera sino Eine Handlung, que se traduce como «drama musical»; este término lo usó el dramaturgo español Calderón para sus dramas. Forma parte del Canon de Bayreuth.

    La composición de Wagner de Tristán e Isolda fue inspirado por su aventura con Mathilde Wesendonck y la filosofía de Arthur Schopenhauer. Reconocida ampliamente como una de las cumbres de su repertorio operístico, Tristán destaca por el uso avanzado de Wagner del cromatismo, la tonalidad, el color orquestal y suspensión armónica. El primer acorde de la ópera, llamado el «acorde de Tristán», se considera de gran importancia en el desarrollo de la armonía tonal tradicional.

    La ópera fue muy influyente entre los compositores clásicos occidentales y proporcionó inspiración a compositores como Gustav Mahler, Richard Strauss, Karol Szymanowski, Alban Berg y Arnold Schoenberg. Muchos ven Tristán como el comienzo del fin de la armonía convencional y la tonalidad y consideran que establece la base para la dirección de la música clásica en el siglo.

    Uno de sus fragmentos dice:
    Ésta es mi oración: Toma este anillo, que es un signo del enlace entre ella y yo, y cuando llegues a tierra, preséntate como un comerciante de seda y telas, de modo que ella pueda ver el anillo. Entonces sabrá que mi corazón la saluda y que sólo ella puede darle consuelo, y que si nada hace moriría. Recuérdale nuestro pasado y nuestra tristeza y toda la alegría que había en nuestro amor fiel y tierno. Ojalá los corazones hallen fuerza contra la inconstancia, pese al dolor y toda la amargura de amar.

    fuente. http://es.wikipedia.org/wiki/Trist%C3%A1n_e_Isolda_(%C3%B3pera)

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